Al quedar embarazada el pasado año 2012, recibí en mi cuerpo no solo una nueva vida y una bella bendición, también recibí una tremenda inspiración y una fuente de energía enorme, que hizo girar mi vida hacia nuevos proyectos.
Luego de Dos años de haber regresado a Santiago huyendo de las consecuencias del Terremoto de Concepción el año 2010, nuevas ideas se iban consagrando en esta ruta de la danza del vientre.
El anhelo de volver a bailar en grupo y crear una compañía inspirada en mis queridas KUM de Concepción (Francisca Lara y Daniela Pacheco) me motivó desde que pisé la capital nuevamente, así que busqué incesantemente a quienes quisieran investigar en una propuesta genuina, libre, llena de matices y colores, lenguajes orientales y occidentales, contemporáneos y ancestrales, femenino y consciente.
Compañía Kum, Rojo Oscuro. Concepción 2009. Daniela Pacheco, Francisca Lara, Bárbara Soto. |
No fue necesario insistir y buscar demasiado, pues de un momento a otro llegaron las almitas que cumplían con el perfil. Y junto a Javiera Cotal re-iniciamos un proyecto que había sido gestado tiempo atrás bajo la creación y dirección de Edna Folch, pero en esa ocasión bajo el nombre de Danza Fiamma Gitana.
Danza Fiamma Gitana, bajo dirección de Edna Folch. |
En poco tiempo se sumó Milena Bralic y Leia Rozas, ambas con enormes deseos de bailar y crear. Recuerdo cuando cada una de ellas llegó a mi casa con el mismo rostro y las mismas ganas: "Quiero bailar" era la premisa. Agradecida por cruzarme en el camino con cada una nos acogimos en forma mutua. El grupo fluyó instantáneamente y logramos dos trabajos coreográficos: uno sencillo y uno complejo: Funtashlik (música de Yapoh Trío) y Dikanda (Música de Dikanda).
Trabajo DIKANDA, el más complejo. |
Junto a Yapoh Trío con nuestro trabajo más sencillo: Funtashlik. |
Fueron mis hermanas. Apoyaron todo mi proceso de gestación hasta el pre-parto, por lo que los lazos que creamos fueron muy intensos, Al menos por mi parte.
La "nueva integrante si costó encontrarla, por una u otra razón no funcionaba. Hasta que apareció la Fran Muñoz (ex Banjara y Kameshvari). La invitación inicial se la hice igual que al resto, a participar en un nuevo proyecto que tenía en mente junto con una amiguita cirquera, Andreita Ciudad. Teníamos la idea de armar un Carnaval en formato pequeño para llevarlo a colegios y fiestas y trabajar con él un formato ideal para celebraciones. Pero yo quería ir más allá. Lo conversamos con nuestros amigos músicos del Yapoh Trío, en ese entonces sus fundadores Joel Viera en clarinete, Felipe Aguilar en acordeón, y el nuevo integrante Hugo paredes en percusión. La idea les encantó. Y antes de tener el elenco armado... ya teníamos fechas de pega! Entonces me puse las pilas y comencé a gestar la idea: armé un bosquejo narrativo, recopilé todo tipo de referentes que había querido utilizar por años, pensé en los integrantes del elenco uno por uno y los invité personalmente a participar, generando un acuerdo de participación y ciertos parámetros de "lealtad" con el proyecto y sus acuerdos. Tuvo muy buena recepción de parte de la bailarinas, que ante todo querían siempre bailar, o al menos eso daban a entender al responder. Los músicos fueron los más reacios y ocupados, acostumbrados a proyectos armados previamente, con propuestas concretas, claras y pagadas. Los artistas de circo funcionaban similar, pero finalmente no aparecieron todos los convocados, solo un par más interesado, a diferencia de los músicos que finalmente llegaron.
Entonces decidí organizar un taller tipo seminario intensivo para nivelarnos a todos y todas en la técnica de danza-teatro callejero, para poder construir más que un carnavalito de fiestas, tocatas y festivales, sino un trabajo artístico que tuviese proyección en el tiempo y que fuese creciendo en intensidad y propuesta. La temática gitana, nómade y circense ya venía cruzándose en mi vida de diferente formas, así también el arte de calle.
Junto a Maru Rivera en Concepción. Pequeña intervención callejera de Circo, danza y música en vivo. |
La Primera vez que participé en una obra de teatro callejero de masas fue en Concepción, en la obra "Santa Petronila" de Pablo Villablanca (ex mendicantes, Joligud Broders, Banda Conmoción), allí conocí el uso del cuerpo de otra forma, lejana al escenario. También conocí a Elizabeth Ramirez, que el 2011 me invitó a ser parte del elenco del proyecto Fondart "Diseño y Escena en la Ciudad" en que ella figuraba como directora escénica. Las ganas de llenar las calles del color y la potencia de la danza gitana, la danza del vientre, el tribal y las diferentes expresiones nómades circenses, me llenaba la cabeza al trabajar para esos proyectos, y ahora era el momento de gestar un espectáculo callejero con todo aquello que siempre había tenido en mente. Lo conversé con la compañía Kabila Kuna y con los Yapoh Trío y decidimos iniciar el proyecto entre nosotros para lograr estructurarlo bien y luego ir sumando gente. Todos estuvieron muy interesados, así que Isabel Nuñez (Dama Brava, Mendicantes, Diablos Rojos de Victor Jara, Familia Bombo Trio) nos capacitó, nos entrenó y nos dió las directrices básicas para comenzar a trabajar, crear y crecer técnicamente.
Santa Petronila Teatro callejero de Masas. Concepción 2009. |
Diseño y Escena en la Ciudad. Proyecto Fondart 2012. Concepción. |
Nos faltaba mucho que hacer, pero de todas maneras accedimos a presentar en corto plazo. Muchos no estuvieron de acuerdo, pero la mayoría solo quería seguir adelante y solo presentar, vivir la experiencia y disfrutarlo, fuese como fuese. Yo no quería tomar la decisión sola, pues me parecía autoritario de mi parte decidir cuándo o no presentar, confiando en el criterio del grupo. Pero luego me daría cuenta del error que eso significó.
Inicialmente no se notaba, pues la corta experiencia de la mayoría de las bailarinas les hacía sentir que todo iba muy bien, y mi carácter suave de mujer en gestación les hacía creer lo mismo.
Primer Ensayo en calle con vestuario. De las imágenes hechas para postular al Festival de Valparaíso. Plaza Brasil. Noviembre 2012. |
Poco a poco tuve que ir asistiendo cada vez menos a los ensayos, pues el vientre crecía más que mi bebé y las indicaciones de mi matrona eran que descansara más y trabajara menos. Pero por un lado amo moverme y por otro no podía parar del todo pues mis clases eran una importante entrada de dinero para mi y mi pareja. Así que hacía lo posible por estar, dar directrices y lograr los objetivos que tenía planificados.
Pero lamentablemente no lo logré, el grupo se desordenó y no supieron a quién seguir. La personalidad de líder de algunos los hacía intentar avanzar y apoyar mi trabajo, pero solo descoordinaban más las cosas. Era necesario reunirnos y yo no podía estar tan cerca pues ya me había cambiado a vivir a la comuna de Buin. Internet y celular eran mis vehículos, pero no lograba comunicarme con quienes se sentían a cargo. Nunca logramos reunirnos, por lo que solo hicieron lo que sus instintos les indicaron.
Entretanto la posibilidad de participar en el Festival Cultural de Valparaíso se hizo presente. Postulamos, trabajando rápida e intensamente entre tres. Redacté todo, hice muchas copias de lo mismo, postulando a diferentes secciones, con el objetivo de ganar. En lo últimos segundos enviamos la postulación y obtuvimos ser aceptados y participar en Enero de 2013.
Mi fecha de parto se esperaba para fines de Enero de 2013, unos pocos días después de Valparaíso. Por lo que toda la gestión era un regalo para el elenco. Yo pensé "Bueno, si hay fondos me pagaré un pequeño sueldo por la gestión". Pero eso jamás ocurrió.
El debut de Carnavalito Gitano, como le pusimos al grupo, fue en el Galpón Victo Jara, en una de sus tradicionales "Fiesta Gitana". Hice todo lo que pude para ir y ahí estuve! Con un vientre y una sonrisa enormes.
Debut de Carnavalito Gitano en Galpón Victor Jara. Dic 2012. |
Tocaba felicitar al elenco, no bajar la moral y agradecer todo el esfuerzo. Iba bien encaminado, aunque si faltaba muchísimo que hacer. Se veía muy lindo todo, aunque no era ni la mitad de lo planeado, ni logramos lo ensayado a cabalidad. El galpón estaba atestado de gente y les tocó salir cuando ya estaba hasta el tope de gente (mala técnica. Uno de los acuerdos que nunca debieron aceptarse). Pero era el debut oficial, con publico. Finalmente "estaban bailando en público" como querían, por lo que con eso se inició una pequeña consagración del grupo.
Debut de Carnavalito Gitano en Galpón Victor Jara. Dic 2012. |
Ahora había que tomárselo en serio, no faltar a ensayos ni a entrenamientos, y eventualmente capacitar alguna gente para hacer crecer el elenco. Error, debíamos haber sido pocos, como acordamos inicialmente, y una vez listo todo invitar a la gente para que comenzara a prepararse para el año siguiente, post-Valparaíso. Pero la mayoría estuvo de acuerdo con invitar más gente para la presentación de Valpo, así que nos pusimos a juntar gente. Yo ya tenía mi reemplazo, y luego un par de bailarinas más también debían dejar reemplazos porque se irían de viaje. La urgencia crecía.
Teníamos cobertura mediática en diarios locales y las expectativas puestas sobre Carnavalito crecían. Lo de Valparaíso realmente debía ser de muy buena calidad, y para eso había que ensayar mucho. Y yo debía ir a los ensayos y dirigir, o había que conseguir alguien que dirigiera, porque desde dentro ya estaba comprobado que no resultaba.
Cobertura mediática anunciando el Carnavalito en Valparaíso. |
Las chicas lo dieron todo, juntándose donde fuera para poder armar las dos piezas nuevas y aprendérselas bien, ni hablar de ensayarlas. Pero hicieron lo humanamente posible por lograrlo. Lo mismo supe de los músicos, que no todos se sabían los nuevos temas. Ellos no debían crearlos, eso sí, solo aprenderlos, pues eran temas tradicionales y no creaciones del elenco. A mitad de semana quiero saber cómo va todo y me entero que los músicos se están aprendiendo un tema y las bailarinas acaban de coreografiar otro, por lo que tampoco pueden ensayar con música en vivo. Las descoordinaciones crecen y me piden que vaya, que decida y que tome decisiones, pero al hacerlo simplemente ya no me escuchan, pues estoy muy lejos para que eso ocurra y mi voz no es gruesa fuerte y de direcciones espontáneas, sino metódica lenta y craneada, como la gestación en si, y muchas cosas han cambiado sin que yo sepa, cambiando por ende la metodología y la idea inicial, a lo que es muy difícil tomar decisiones.
Carnavalito Gitano participa, aún con muy poco ensayo, en la Fiesta del Roto Chileno, Barrio Yungay. Diciembre de 2012. |
Mi querido Inti se adelanta 3 semanas. Tanto me han llamado y pedido que vaya a solucionar los temas del elenco que me armo de valor y energía y decido ir a Santiago a un ensayo. Mi vientre es tremendo, pero me siento bien, camino lento y tranquila. Mi suegra me acompaña, luego nos separamos. Llego al ensayo y es un hermoso re encuentro. Me sorprenden las chicas con sus coreografías chispeantes y sus movimientos llenos de energía. Bailan tan bello y son tan "aperradas". Pero el conjunto se ve como un desorden, muy descoordinado y antojadizo. Algunas aún no se lo saben bien, otras se apuran, otras quieren cambiar una parte... Además de ha perdido el hilo conductor y solamente hay danzas lindas con música muy alegre.
No tengo mayores apreciaciones. Falta ensayo, falta tiempo... no han tenido un segundo para ensayar el material inicial, concentradas en armar lo nuevo. Recuerdo haber dado unas indicaciones por teléfono, pero veo que no las siguieron y no digo nada, pues creí que con ellas les simplificaría las cosas. Pero si ellas quieren hacer algo más complejo no puedo estar en contra, pues se ve potente. Pero a la vez les juega en contra porque les cuesta terminarlo y se quedan pegadas tratando de sacarlo, de coordinarse, en fin. Me alegran y bailo un poco con ellas, lo extraño tanto, las extraño tanto!
A la mañana siguiente Inti nace.
Me desaparezco del mapa, literalmente. Olvido todo, él es hermoso, no dejo de mirarlo, de olerlo, de amamantarlo. No duermo, como muy poco salvo que mi suegra o Felipe me cocinen algo. Lo último en que pienso es en mi querido Carnavalito, ese hijo que nació antes que Inti, pero que no pude criar junto a él.
Entonces Carnavalito se presenta en Centro Arte Alameda, a modo de "ensayo general". Solo me entero de lo que me cuenta Felipe Aguilar (músico acordeonista, creador de Yapoh Trío, Alem y Exil), mi pareja. Las conversaciones con las chicas solo son de Inti, ya no quiero saber más por un rato. Que resuelvan, me toca ser mamá de mi pequeño y no de Carnavalito, aunque hubiese querido.
La compañía Kabila Kuna ha dejado de presentarse, pues han sido absorbidas por el Carnavalito Gitano y toda la energía está puesta en el Festival de Valparaíso. Estoy más nerviosa que ellos. Recuerdo todo. Quiero ir al último ensayo general. "Vamos?" Le pregunto a Felipe. "Bueno", me responde. He puesto tanto, he amado tanto el proyecto, que necesito estar presente y ojalá en Valparaíso también.
No tenemos auto para ir, llevamos Inti en los brazos, en micro desde Buin. Tiene una semana de vida y lo llevamos a Santiago. Es agotador, pues es el momento más demandante y vulnerable de su vida. Lo acurruco en mi pecho e intento dirigir. Él intenta dormir. No logro hacer bien ninguna de las dos cosas. Veo los errores, intento dar soluciones. Han cambiado muchas cosas y lo nuevo está tan débil como lo antiguo. Pero están todos exhaustos, han hecho lo imposible, a presión, contra el tiempo. Debo apoyarlos y cuidar a mi bebé al mismo tiempo. Todo está en contra.
Viajamos al Puerto con Inti en los brazos. Lo pasa mal, está incómodo, llora mucho más de lo normal, quisiera no haber ido, veo el error que estoy cometiendo. Hay más cosas nuevas que no eran parte del ensayo general. Me preguntan qué opino de ello. Digo que sin ensayo me parece irresponsable presentar cosas nuevas. Hacen caso omiso y las insertan de igual forma, delante mio. Y estoy sin habla, pendiente de mi bebé. Con tantas ganas de intervenir. Pero veo que el elenco decide seguir estas nuevas ideas y cambios generados de la nada, sin previa metodología ni ensayos suficientes. Yo solo acato, como una más. Mi energía no es de pelear, soy una mujer en puerperio, muy sensible a todo, con mis hormonas a flor de piel, al servicio de mi hijito. Y mi decepción aparece al leer una de las notas del diario local en que dice que la dirección del Carnavalito Gitano le pertenece a Hugo Paredes. Entiendo que he sido desplazada y se lo comento a él, pero no hay respuesta real. Intuyo que mi presencia ahí no solo es invisible por mi energía de madre recién parida, sino que además todo lo que alguna vez generé ya casi no existe. Tampoco puedo bailar aún, hasta varios meses. Ni me dan ganas con todo tan viciado. Entonces la pena me embarga y decido abandonar el proyecto, ahí mismo.
Se lo comunico a las más cercanas, que poco entienden. Pero de a poco irán entendiendo. Le escribo a las chicas intentando ilustrar mi posición y dos de ellas deciden venir a visitarme, apoyarme, pedirme que "no abandones", que "es tu proyecto", y que "tú lo creaste", "Tú eres la mami"... en fin, muchas ideas que yo no alimento ni digo . Me dicen que ellas se harán cargo de poner límites, hacer respetar acuerdos y decisiones de dirección. Les explico que no tengo suficiente energía para hacer tremenda pega, todo está cambiado, y la energía que lidera es muy potente y masculina. En circunstancias normales como hoy lo habría hecho. Habría vuelto y hablado firme, habría recobrado el lugar y habría hecho lo que había que hacer. Pero me parecía una batalla que me dejaría sin aliento y a mi niño medio botadito.
Solo una madre en puerperio puede entender como la vida se pulveriza ante un ser tan amado como tu hijo recién nacido. Y como cada gota de vitalidad significa estar para él. Y una de las chicas del elenco que había sido madre hace muchos años ya, me envía una carta que intenta calmarme y darme ánimo.
Les creo, pues las siento cercanas, amigas, leales y honestas. Son inteligentes y me conocen. Son mujeres y entienden los procesos delicados de una mujer tras un parto. No puedo pedir lo mismo de un hombre, aunque haya sido papá, pues en todos los aspectos del ser, la experiencia es radicalmente distinta, y yo también desconozco esa experiencia masculina de paternidad, desde esta misma diferencia.
Razonamos y decidimos tener una reunión. Mi alma me dice que tarde o temprano terminaré yéndome, pues la dinámica que se ha generado será muy difícil cambiarla, y ya no puedo deshacer lo hecho. Pero confío en mi compañía, mis colegas y hermanas. Así que voy a la reunión, con Inti en mis brazos. Él toma pecho durante las discusiones, por lo que intento permanecer tranquila. Es muy difícil porque intento sincerar los temas y no se permite. Aluden a "conflictos personales" que deben resolverse, pero no a dinámicas grupales. Analizamos conceptos y formas de trabajo. Ponemos nuevos límites, nuevos acuerdos y reglas. Me relaja ver que tengo apoyo, que quieren que trabaje con ellos. En ningún momento se me pide que abandone o que no participe desde la dirección, al contrario me sugieren como tal, luego que yo misma digo que necesitamos otra dirección. Solo uno de los integrantes del elenco cree que no debo dirigir y que debe hacerlo él u otra de las chicas del elenco, o ellos dos en conjunto como ya lo han hecho. Pero nadie lo apoya. Eso es extraño, porque en la práctica si lo apoyan. Surge una primera contradicción.
Yo insisto en que una dirección externa finalmente es crucial para un elenco profesional. Y me apoyan, pero en la práctica han seguido las directrices desde lo interno y no desde lo externo. No entiendo muy bien como de un día para otro dejarán de seguir las manifestaciones espontáneas de la nueva dirección y volver a la metodología lenta y pausada mía. La verdad me deja con dudas la decisión.
Pero las cosas caen por su propio peso. Nuevamente surgen decisiones espontáneas contra acuerdos de grupo, contra indicaciones de dirección y contra la imagen del proyecto. Se publica que Carnavalito se presentará en Barrio Lastarria. Gente llega a verlo y no hay nadie. Para sorpresa de muchos del elenco, solo han salido unos pocos a hacer callejeros para pasar la "gorra" y así ganarse unos pesos. Nada malo en ello, pero... no son "Carnavalito Gitano", simplemente son tres músicos y 4 bailarinas. Y el resto? Y los ensayos? Y los acuerdos de la reunión? Todos fueron convocados, pero no todos realmente podían ir, y de hecho no habría sido muy "rentable" que así fuera, pues habría que repartir las ganancias entre más, así que mientras menos, mejor para ellos.
Veo que en Internet nadie del elenco opina de ello y debo hacerlo notar. Ya están acostumbrados a esta dinámica... solo bailar y presentar, ganar algunos pesos sin importar la calidad de lo que se presenta. Algunos se dan cuenta y me apoyan, otros "no entienden", y otros simplemente "prefieren no meterse en problemas". Felipe decide abandonar el proyecto si yo lo hago, porque no comprende cómo se puede operar de esta forma. Y lo hacemos a distancia. No le daremos más energía ni más respeto que el que hemos recibido. No iremos nuevamente con el pequeño en brazos a discutir o pelear. No vale la pena, todo termina por Internet, la peor forma de terminar un proyecto.
Las lágrimas se me caen. No puedo creer que entrego parte mía para que se despedace así. Primera y última vez que me ocurre algo así. Y las chicas que vinieron a mi casa? Y la carta de apoyo? Y la reunión? Nada de eso era real?
Finalmente recibo reclamos por estar "entorpeciendo" y "haciendo ruido", por lo que debo simplemente silenciarme. Se me acusa de "hormonal", "incapaz" "infantil" y cosas por el estilo, como si en el estado de puerperio no fuese un beneficio la calidad hormonal que reina en la mujer, sino un signo peyorativo y desagradable. Y como si toda mi sinceridad finalmente no tuviese asidero. El discurso ya no es el mismo, ya no me apoyan ni creen que tenga razón, creen que exagero, como olvidando todo lo que alguna vez hablamos en mi casa, por una extraña conveniencia... No querían perder el proyecto, su nueva oportunidad de "Bailar". Me lleno de ira, de rencor, de pena, de miedos...
Me cuesta soltarlo, me cuesta perdonar, me cuesta, pero igual lo logro. No volví más a Carnavalito y decidí crear un montaje nuevo, partiendo de cero, con gente profesional que no tenga solo la necesidad de "bailar", de "presentar" sino de trabajar, que no quiera solo hacer unos pesos, sino recibir un pago abundante por un trabajo de calidad. Llamando a la abundancia para generar abundancia y recibiendo el apoyo de profesionales estrictos que me enseñan y me critican con autoridad y respeto.
El dolor igual crece, pierdo un proyecto, una compañía y amigas el mismo día. Pasa un mes y no puedo contar con ellas, las pierdo y me duele como nunca. Qué hacer más que llorar? CREAR!
Luego de 7 meses la idea ya tiene nombre y un elenco potencial elegido con pinzas. Buscamos financiamiento estatal y vamos paso a paso, lento, para llegar más lejos. Luego de 7 meses de vida mi bebé es feliz, risueño e inquieto, lo amo y le dedico la mayor parte de mi vida.
Mi pequeño Inti, de 7 meses. Gitanito risueño. |
Observo a mi alrededor y veo que quienes se quedaron finalmente han sido más honestos y han logrado que viera mis errores y los corrigiera. Veo que mis verdaderas amistades no están ahí en el escenario, necesariamente, y que si lo están, también están bajo él, sin falsas promesas, ni discursos contradictorios que intenten conservar la relación por conveniencia profesional.
Hoy está gestandose otra semillita, una pequeña obra épica, nómade y tribal:
"Apátrida; Muchas Tierras, una Humanidad."
Agosto de 2013.
Bárbara Soto Souyris.