Bienvenidas al Círculo



CLASES VERANO 2010

ENERO!!!

CONCEPCIÓN:

Centro Africamérica: Anibal Pinto 1640.
Taller de danza del vientre Tribal, danza fértil y danza Fiamma Gitana.
MARTES de 17:30 a 19:00 hrs. $3.000 por clase (Solo Enero).


Escuela Danza Árabe Aicha: Freire 788.
Taller de Danza del vientre Tribal.
MARTES de 20:00 a 21:30 hrs. $15.000 mensual

Pronto más horarios!!!


SANTIAGO:

Casa Estudio Edna Folch Cravero.
Taller de Danza Fértil; "Danza del vientre desde la creación a la acción"
Jueves 20:00 a 21:30 hrs.


Más información a barbarhola@gmail.com

F: 95222856

XIV EL GUERRERO COMBATE: Los primeros rayos del sol llegan a la playa. Los ejércitos se han ordenado y todo está listo. La batalla se desencadenará de un momento a otro. No existe alternativa. Debes combatir. Al hacerlo, pon todo tu espíritu corazón y cuerpo en ello. Lucha centrado, unificado, alineado. Lucha incansablemente, día y noche si es preciso. Mantente vigilante a las cuatro direcciones. Confía en el animal que vive en ti. La batalla tendrá sus valles y sus cimas, sensibilízate y adáptate a ello. Una vez avanzar y otra retroceder. Una vez atacar y otra defender. Disgrega a tu adversario, atácalo mientras inspire. Avasállalo, no le des tiempo de reordenar sus ejércitos. Cambia permanentemente tus estrategias. Ataca a lo alto y luego a lo bajo y después al medio. Varia el ritmo de tus ataques. Una vez rápido y otra vez lento. Una vez lento y otra vez inmóvil. Sé un continuo cambio de un animal a otro, de un elemento a otro. Agua contra roca. Fuego contra metal. Madera contra tierra. De esa manera, jamás podrás ser encasillado en patrón alguno y por lo tanto, serás imbatible. Sigue a tu espontaneidad y mantente en estado gaseoso. Que tu adversario no sea capaz de tocarte, pero que sienta el poder de tus golpes. Usa tus manos, tus pies. Tus codos y tus rodillas. Esquiva, luego contraataca. Adelántate a sus movimientos y neutralízalos antes de que comiencen a gestarse. Déjalo pasar y luego cae sobre él. Inutiliza sus armas. Acorta la distancia, ataca y luego sal de su radio de acción. Lucha con todos los bríos de tu juventud. Pero más importante que todo lo anterior es combatir sin ira. Si el salvajismo y la crueldad se apoderan de ti, no importa lo que hagas, estarás perdido. Te convertirás en aquello que combates, y el lado oscuro tendrá un nuevo adepto entre sus filas. Así es que empuña tu sable y entra en batalla. Luego de vencer, retírate en silencio. Nada hay por lo que alegrarse. Nada hay que festejar. La muerte siempre trae lágrimas aparejadas. Lágrimas por el que algún día fue tu hermano y debió morir a manos tuyas porque el destino así lo quiso. No porque tú lo quisiste. Nunca olvides eso.

En la Gala Academia Aicha Diciembre 2009







Todos a Tribalear este Verano en Conce!!



Desde esta semana comienzan nuevos cíclos de danza del vientre tribal:

Conectar con nuevas formas de hacer danzar el cuerpo, desde la ancestralidad hacia la fusión con lo contemporáneo...


Desde este Viernes 11 de Diciembre comenzaremos el training de danza del vientre tribal, conociendo el lenguaje, códigos, manejos y técnicas orientales y occidentales ligadas a diferentes tribus nómades que han resguardado la danza del vientre en diferentes formas.


Te esperamos MARTES 15 de DICIEMBRE:
Centro AfricAméricA.
17:30 a 19:00
Aníbal Pinto 1640.
Pasado Manuel Rodríguez.
$3.000



Y de 19:30 a 21:00 hrs
en Rúspicas Casa Escuela.
En Ongolmo 1246.
Entre Cruz y Prieto.
$3.000



Pronto más horarios!!!

Inoportuna


Quien no lo sepa ya

lo aprenderá de prisa:

la vida no para,

no espera, no avisa.




Tantos planes, tantos planes

vueltos espuma

tú, por ejemplo,

tan a tiempo

y tan

inoportuna


Eran más bien los días
de arriar las velas.
Toda señal a mi alrededor
decía: cautela.
Cuánta estrategia incumplida
aquella noche sin luna
tú, por ejemplo,
tan bienvenida
y tan
inoportuna


¿Quien sabe cuándo,
cuándo es el momento de decir: ahora?
Si todo alrededor te está gritando:
¡Sin demora, sin demora!







Jorge Drexler.
El gran Jefe de Washington ha mandado hacernos saber que quiere comprarnos las tierras, junto con palabras de buena voluntad. Mucho agradecemos este detalle, porque de sobra conocemos la poca falta que le hace nuestra amistad. Queremos considerar el ofrecimiento, porque también sabemos de sobra que si no lo hiciéramos los rostros pálidos nos arrebatarían las tierras con armas de fuego.

¿Pero como podéis comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? …



Esta idea nos resulta extraña; ni el frescor del aire, ni el brillo del agua son nuestros, ¿cómo podrían ser comprados? Tenéis que saber que cada trozo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, la hoja verde, la playa arenosa, la niebla en el bosque, el amanecer entre los árboles, los pardos insectos, son sagradas experiencias y memorias de mi pueblo. Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra cuando comienzan el viaje a través de las estrellas. Nuestros muertos en cambio, nunca se alejan de la tierra, que es la madre. Somos una parte de ella y la flor perfumada, el ciervo, el caballo el águila majestuosa, son nuestros hermanos, las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre. Todos pertenecen a la misma familia.
El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino, que también, representa la sangre de nuestros antepasados. Si os la vendiésemos tendríais que recordar que son sagradas y así recordárselo a vuestros hijos.
También los ríos son nuestros hermanos porque nos liberan de la sed, arrastran nuestras canoas y nos procuran los peces, además cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuentan los sucesos y memorias de la vida de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. Sí, gran jefe de Washington, los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores de nuestras canoas y alimento de nuestros hijos.

Si os vendemos nuestra tierra, tendréis que recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y que también lo son suyos, y por lo tanto deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano. Por supuesto que sabemos que el hombre blanco no entiende nuestra forma de ser, tanto le da un trozo de tierra u otro, porque no la ve como hermana, sino como enemigo, cuando ya la ha hecho suya la desprecia y sigue caminando, deja atrás la tumba de sus padres sin importarle. Secuestra la vida a sus hijos y tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos, son olvidados. Trata a su madre la tierra, y a su hermano el firmamento como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devora la tierra, dejando detrás solo un desierto. No lo puedo entender, vuestras ciudades hieren los ojos del hombre piel roja. Quizás sea porque somos salvajes y no podemos comprenderlo. No hay un sitio tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde se pueda escuchar en la primavera el despliegue de las hojas o el rumor de las alas de un insecto. Quizás es porque soy un salvaje y no comprendo bien las cosas. El ruido de la ciudad es un insulto para el oído, y yo me pregunto: ¿Que clase de vida tiene el hombre que no es capaz de escuchar el grito solitario de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la balsa? Soy un piel roja y no lo puedo entender. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aroma de pinos.

Cuando el último piel roja haya desaparecido de la tierra, cuando no sea más que un recuerdo su sombra, como el de una nube que pasa por la pradera, entonces todavía estas riberas y estos bosques estarán poblados por el espíritu de mi pueblo, porque nosotros amamos nuestro país como ama el niño los latidos del corazón de su madre. Si decidiese aceptar vuestra oferta, tendría que poneros una condición, que el hombre blanco considere a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. Tengo vistos millares de búfalos pudriéndose abandonados en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco. Soy un salvaje y no comprendo cómo una maquina humeante puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir ¿Que puede hacer el hombre sin los animales? Si todos los animales desapareciesen, el hombre moriría en una gran soledad, todo lo que pasa a los animales muy pronto le sucederá también al hombre.

Todas las cosas están ligadas. Debéis enseñar a vuestros hijos, lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurre a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra, si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos. De una cosa estamos bien seguros: La tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. Todo va enlazado, el hombre no tejió la trama de la vida; él es solo un hilo. Lo que hace con la trama, se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento del destino común. Después de todo quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa, que quizás el hombre blanco descubra algún día: Nuestro dios es el mismo Dios. Vosotros podéis pensar ahora que él os pertenece, lo mismo que deseáis que nuestras tierras os pertenezcan, pero no es así. Él es el dios de todos los hombres y su compasión alcanza por igual al piel roja y al hombre blanco.

Esta tierra tiene un valor inestimable par Él y se daña y se provoca la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. El hombre no ha tejido la red de la vida solo es uno de esos hilos y esta tentando la desgracia si osa romper esa red. Todo está ligado entre sí, como la sangre de una misma familia. Si ensucias vuestro lecho cualquier noche moriréis sofocados por vuestros propios excrementos, pero vosotros caminareis hacia la destrucción rodeados de gloria y espoleados por la fuerza de Dios, que os trajo a esta tierra y que por algún designio especial, os dio dominio sobre ella y sobre la piel roja, ese designio es un misterio para nosotros, pues no entendemos porque se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de los exuberantes colinas con cables parlanchines. ¿Dónde está el bosque espeso? … Desapareció ¿Dónde está el águila ? … Desapareció. Así se acaba la vida y solo nos queda el recurso de intentar SOBREVIVIR. ___________________________________________________________

Carta dirigida por el Jefe Piel Roja Seattle, Gran Jefe de los Duwamish, al 14º presidente de los EE.UU, Franklin Pierce . Pronunció este discurso ante Isaac Stephens, Gobernador del Territorio de Washington, en 1855, y no se publicó hasta 1887, treinta y dos años después.